Eliška Svoboda
sábado, 6 de septiembre de 2008




-Jugador-

Nick: Lu
E-mail: lu_sinsombra@hotmail.com
Estatus en el RPG: Jugadora

-Personaje-

Nombre completo: Eliška Svoboda.
Apodo: Eli. También conocida como “La zorra que casi me da un estacazo el otro día”
Sexo: Mujer
Fecha de nacimiento: 11 de Febrero de 1988. Tiene 20 añitos.
Clase: Media
Domicilio actual: Vive en la residencia de estudiantes de la universidad. Allí, comparte habitación con Bridget o “Bi”, la típica rubia de bote hueca con un vocabulario cuya extensión se limita a 5 palabras (o sea, superguay, chao, calorías y cool) y cuya única preocupación en la vida es ligarse al capitán del equipo de lacrosse. Por supuesto, Eli no la soporta.
Vehículo: Un destartalado y viejo Mercedes-Benz cuyas continuas reparaciones le salen más caras que si se comprara un coche nuevo. La puerta del conductor se atranca a menudo, se para cada dos por tres y hace unos ruiditos muy raros.

-Datos específicos-

Especie: Humana Cazavampiros.
Fecha de transformación: A los 15 años, cuando desapareció su padre.
Quién lo convirtió: -

-Físico-

Color de pelo: Castaño oscuro.
Color de ojos: Ámbar.
Estatura: 1,65 m.
Descripción física: Delgada y de estatura media, podría decirse que parece una adolescente más del montón si no fuera porque desprende un aura especial que suele atraer a los que le rodean… y a los problemas.

Tiene una fuerza bastante notable. Es capaz de levantar más peso que una persona normal y puede tumbar a cualquiera de un puñetazo. Aún así, no es algo que se le note en su físico. No es especialmente musculosa. De hecho, sus extremendidades son más bien delgadas y enclenques. Cualquiera diría que un soplo de viento se la puede llevar por delante. Suele caminar con rapidez, a grandes zancadas, y de forma sigilosa.

De rostro redondeado y tez ni muy clara ni oscura, destacan sus ojos de mirada felina y sus labios carnosos. En cuanto a su pelo, castaño muy oscuro, no se preocupa especialmente por él y lo lleva cortado a la altura de los hombros. Normalmente lo lleva suelto o recogido en una coleta cuando va de caza. Está constantemente soplándose el flequillo, es casi un tic, ya que le molesta al caer por delante de los ojos.

Suele vestir con ropa cómoda, no solo por gusto, sino también por ser más práctico. Después de todo, no sería muy conveniente echarse a perseguir vampiros en vestido y tacones. Su prenda favorita es una cazadora de cuero blanco, la cual casi siempre lleva encima.

Ocupación: Cazavampiros y estudiante de Medicina. A veces se consigue algún que otro trabajillo a media jornada y malpagado para sacar algo de dinero. Ni ella sabe del todo bien cómo consigue tiempo para compaginar tantas cosas.

-Personalidad-

Virtudes: Inteligente, capaz de poner una nota de humor ácido incluso a las situaciones más tensas y peligrosas, realista, bastante práctica y suele encontrarle soluciones a todo.
Defectos: Demasiado irreflexiva, necesita que alguien esté a su lado para proporcionarle la parte racional que a ella suele faltarle. Ella es más una chica de acción.
Además, tiene mucho carácter y es una borde de mucho cuidado. Eso, sumado a que su prioridad es ser cazavampiros, ha hecho de ella una persona con vida social más bien nula.
Ama: Clavar estacas, el helado de stracciatela, ver el amanecer cuando regresa después de una larga noche de caza, la sensación de la adrenalina circulando por su cuerpo cuando se encuentra en peligro, a su hermano Viktor (nada de incesto, ¿eh? Malpensados), la medicina.
Odia: A todos los monstruos existentes sobre la faz de la Tierra (Y sí, incluye entre ellos a su compañera de cuarto), que se le estropee el coche cuando va de cacería o a la universidad, que algún monstruito le manche la ropa de ceniza al morir, que la subestimen por lo joven que es… demasiadas cosas como para ser contadas.
Obsesión: Encontrar a sus padres y matar vampiros y demás seres sobrenaturales.
Frase: “Yo tengo mañana exámen de Genética, tú estás muerto… Qué se le va a hacer, la vida no es justa”.

-Historia-

Eliška, hija de Vêra y Radek Svoboda, nació en la ciudad de Třeboň diecinueve años atrás. Tiene también un hermano mayor, Viktor. Su padre, quien fue Cazavampiros en su juventud, ya se encargaba de defender la ciudad de las fuerzas del mal mucho antes que sus hijos nacieran, pero cuando formó una familia decidió “jubilarse” y empezó a trabajar en un despacho de abogados. Tras tomar dicha decisión, comenzaron a vivir como una familia totalmente normal, con una casita con porche a las afueras, un perrito adorable y una bicicleta para los niños en el garaje. Todo muy idílico. Pero dejar de se Cazavampiros no es algo que uno pueda decidir sin más. Se es Cazavampiros siempre, eso está en la sangre. Y aunque él se hubiera olvidado ya de vampiros y demonios, ellos no se habían olvidado de él. Muchas vidas (o no-vidas) se había llevado por delante y eran muchos los que le guardaban rencor y deseos de venganza.

Cuando Eliška tenía sólo 10 años, un grupo de vampiros asaltó la casa donde vivían. Radek, con ballesta en mano y seguido de su hijo mayor, quien llevaba a Eliška en brazos, hizo todo lo posible por defender a su familia, pero no fue capaz de llegar hasta su mujer antes de que aquellas criaturas la encontrasen. Eliška solo recuerda pequeños trazos de lo que ocurrió aquella noche. Gritos, un incendio, a la policía interrogando a los vecinos y a su padre llorando. Ellos se habían llevado a Vêra. Y eso sólo podía significar dos cosas: o ya estaba muerta, o la iban a convertir en uno de los suyos.

A partir de ahí, Radek volvió a las andadas con su tarea de Cazavampiros. Ya no le movía sólamente el deseo de construirle un futuro mejor a sus hijos, sino también la venganza y la esperanza de encontrar en alguna parte a su mujer. Con la intención de prevenir otra desgracia en un futuro, instruyó a Eliška y a Viktor a partir de entonces en todo tipo de estilos de lucha y les enseñó a manejarse con armas. Si bien Viktor no demostró ser demasiado hábil, la niña parecía haber heredado sus capacidades como Cazavampiros y aprendía muy rápido. Aún así, nunca la dejó salir a patrullar con él. Al menos, hasta que no cumplió los 15 años.

Fue entonces cuando una noche, sin previo aviso, le dijo que se colocara la cazadora y que saliera a dar una vuelta con él. Cogidos de la mano, padre e hija, dieron la vuelta de rigor por la ciudad sin tener que enfrentarse a ningún tipo de contratiempo. Él le permitió llevar una estaca, para que se fuera familiarizando.

A la mañana siguiente, cuando Eliška despertó, su padre ya no estaba en casa. Se había marchado, dejando una nota en la que decía que no se preocuparan por él, que estaría de viaje unos días.

A día de hoy, cinco años después de aquello, ni ella ni Viktor han vuelto a saber de su padre. Ahora ambos viven en Praga y, mientras Viktor intenta llevar una vida normal lo más alejado posible del peligro, Eliška ha asumido el papel de Cazavampiros que su padre le legó simbólicamente aquel día que le entregó su primera estaca. Pero no está sola en esa tarea. Ludvik y Anne, dos hermanos entregados al estudio de las fuerzas del mal, contactaron con ella al poco tiempo de llegar a Praga y ahora son una ayuda constante en su trabajo. Ellos ponen la parte racional y sensata que a Eli le falta, suministrándole todo tipo de información sobre vampiros y otros seres sobrenaturales. Juntos, hacen un buen equipo.

Objetos valiosos: Una caja de música que perteneció a su madre y un pesado baúl lleno de todo tipo de armas (desde pistolas hasta estacas, pasando por ballestas, cuchillos y botecitos de agua bendita. Tiene de todo un poco, vaya).

9:30
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septiembre 2008