Alexander Karolus Grigorev
sábado, 6 de septiembre de 2008




-Jugador-

Nick: Tid
E-mail: arhuidobro@hotmail.com
Estatus en el RPG: Jugador

-Personaje-
Nombre completo: Alexander Karolus Grigorev
Apodo: “Alex” es el más empleado. Muchos seres sobrenaturales le conocen como “Alex Gore” o “The Gore”, por sus métodos de tortura contra demonios o aquellos que le han llamado “Karol” o “Karola”.
Sexo: Varón.
Fecha de nacimiento: 4 de julio de 1984.
Clase: Baja.
Domicilio actual: La carretera, los moteles y hostales baratos que encuentra, o la casa de la chica que se haya ligado esa noche. También se ha vuelto un experimentado okupa para misiones que supongan una estadía prolongada en un mismo sitio.
Vehículo: Un Chevrolet Impala del 67, que cuida con un mimo excesivo. Lo trajo de Estados Unidos un familiar, como un regalo para su padre, apasionado de los coches americanos y su estilo de vida, características que Alex heredó. Tiene un arsenal de armas en el maletero.

-Datos específicos-
Especie: Humano. Cazador, especialmente de demonios.
Fecha de transformación: A los 8 años comenzó a tomarse en serio lo que le enseñaron en su familia, cuando un trágico suceso segó el cuello y la vida de su madre, y su padre aceptó el “negocio familiar”, que hasta entonces habían llevado a cabo sus hermanos y cuñados. Proviene de dos familias de cazadores, que se dividen el terreno que cubren entre Siberia y lo que queda al occidente de los Urales.
Quién lo convirtió: -

-Físico-
Color de pelo: Rubio.
Color de ojos: Gris.
Estatura: 1,83 m.
Descripción física: Delgado, pero de musculatura marcada y fibrosa, lo que le otorga una gran fuerza y velocidad, que combina con la resistencia adquirida de sus años persiguiendo a seres sobrenaturales. De rostro anguloso, mandíbula marcada en los laterales, acabada en un mentón estrecho. Nariz discretamente puntiaguda y tez blanquecina, caucásica. Ojos penetrantes, que pueden fulminarte de odio o relajarte cuando muestran diversión o benevolencia.
Su vestimenta es de la América que conoce de los “road shows” que veía por televisión y que le describía su padre, aunque dispone de un fondo de armario para complementar sus identidades a la hora de investigar o infiltrarse. De colores principalmente verdes, azules y negros. Botas similares a las de cowboy son casi obligadas en su armario, pero siempre discretas, de colores beige y similares, funcionales, por si tiene que salir corriendo detrás de alguna de esas bastardas criaturas cuando las lleva puestas. Su calzado normal son botas o zapatos cómodos y flexibles, que le permitan guarecerse de los elementos, sean duraderos, y le den libertad de movimiento para peleas y persecuciones. Abrigos, guantes, etc. Todo lo necesario para los rigores de la caza al este de Europa.
Lleva al cuello un par de amuletos muy especiales. Uno de ellos, el que le regaló su difunto hermano, representa un glifo de protección contra venenos, aunque parece que no conserva su poder. El otro, que recuperó del cadáver de su hermano, y que fue un regalo de su padre a éste, es un colgante de la difunta madre de ambos, un camafeo en el que se pueden ver dos fotos de los hermanos cuando eran bebés. Está inscrito con una runa que mantiene a los hombres lobo a raya, aunque su poder está casi extinto, y apenas funciona (como nuestro héroe ha descubierto más de una vez casi demasiado tarde). Por tanto, los amuletos son más de valor sentimental que verdaderos elementos de protección.
Ocupación: Cazador de demonios. Financia sus actividades con la estafa a las entidades bancarias, y el empleo ocasional de algún amuleto que encuentra si está muy falto de dinero y da con uno. Si bien hasta la fecha no ha tenido que recurrir al hurto, no dudará en hacerlo si está suficientemente desesperado. Su orgullo le impide pedir ayuda a sus familiares.

-Personalidad-
Virtudes: Leal con sus aliados, tenaz, ocurrente y gracioso hasta en la situación más desesperada. Es bastante observador. Ligón empedernido gracias a su labia y su atractivo. Carismático para obtener información.
Defectos: Testarudo e irracional en la batalla. Implacable con toda clase de criaturas, y torturador profesional de demonios. Vengativo. De vez en cuando es bastante olvidadizo. Su “amor por las mujeres” le mete en incontables líos.
Ama: Torturar y exorcizar demonios, acabar con otras criaturas, conducir y poner a punto su coche, construir y diseñar armas. Las mujeres y el alcohol.
Odia: A todos esos bastardos que hollan el mundo, ya sean demonios, licántropos, brujos, vampiros… y otros fenómenos de extraña índole existentes sobre la faz de la Tierra.
Odia también, y sobre todas las cosas, al demonio que asesinó a su madre, a su padre, y a su hermano, contra el que tiene un juramento de venganza. Que se le estropee el coche. Que alguna criatura le seduzca en forma de morenaza aficionada a combinar sexo y yoga (“El fin de semana más ‘retorcido’ de mi vida, si entiendes lo que quiero decir”). Entre muchas otras.
Obsesión: Cazar a cualquier criatura con la que se cruce mientras logra cobrarse venganza.
Frase: “Nadie conduce mi coche excepto yo”. “Hola, señoritas, ¿os apetece una copa?”. “Mejor en tu casa, la mía está muy lejos”. “Es hora de morir, bastardo del infierno”.

-Historia-
Alexander nació en un barrio pobre de San Petersburgo. Ello le obligó a ser rápido de mente y cuerpo, si quería sobrevivir. Pero su infancia fue aún más terrible que la de los demás niños que conocía: él sabía que, además de las mafias que controlaban cada palmo de cada calle por la que él correteaba, en las sombras se escondía algo mucho más peligroso y terrible. Sus tíos le habían hablado de ellos, a pesar de las continuas negativas nerviosas de su padre, que renegaba de todo aquello. Su madre, si bien no hacía gala de una creencia manifiesta, en secreto rezaba para que los seres de las tinieblas no se llevasen a Alex ni a Vassjily, su hermano pequeño.

Pero también debió rezar por ella misma, cuando una noche en la que volvía de visitar a una amiga que estaba enferma apenas a tres manzanas de distancia, un extraño asaltante le salió al paso: una bestia con forma humana, que desangró de forma casi aséptica el cuerpo de la mujer, que no podía defenderse ni gritar para pedir auxilio.

Encontraron su cuerpo, completamente drenado, limpio, y con dos puntos en el cuello, apenas distinguibles por el proceso de descomposición tras una semana a la intemperie desde la noche que desapareció. Le habían robado toda la ropa, y se encontraba retorcida en un ángulo extraño. El señor Grigorev, cegado por la rabia y la frustración, se lanzó a la búsqueda del asesino de su mujer, llevándose a sus hijos con él a través de kilómetros y kilómetros de carretera, cruzando las fronteras europeas con casi total libertad. Y así, Alexander y Vassjily se convirtieron en dos experimentados cazadores, y en su sangre portaban la herencia genética de dos de las más grandes familias de cazadores de la historia.

Alex crecía en interés por cazar al asesino de su madre, mientras que Vassjily comenzó a decir que lo quería dejar, que si no lo habían encontrado ya era porque no merecía la pena seguir buscándolo, que el vampiro ya se habría desvanecido de la faz del planeta. El padre negó el trato a Vassjily, y enseñó a Alex un secreto que cambió todo: lo que había matado a su madre era un demonio, y cargó a Alex con la responsabilidad de cuidar de su hermano, puesto que él tendría que ausentarse durante más tiempo del esperado.

Ya con 18 años, Alex había confeccionado una buena red de contactos, uniendo los suyos propios a los de su padre, que les dejó el coche, el armamento, y una serie de diarios y volúmenes que constituían la biblioteca básica sobre la caza y exorcismo de demonios.

Con 19 años, y tras la reaparición de su padre, comienzan la cacería contra el demonio responsable de su desgracia. Entraron en territorios siberianos, kazajos, armenios, y por casi toda la zona de Europa del Este y Oriente Medio. Las pistas eran vagas, confusas, y muchas veces terminaban en callejones sin salida. Pero ellos no dejaban de buscar. Hasta que el demonio les encontró. Una noche en la que tuvieron que desviar su ruta, por el riesgo de sufrir una emboscada de insurgentes kurdos de la zona, en los alrededores de la frontera turca con Irán. Pero la ruta que se vieron forzados a coger resultó ser aún más peligrosa, cuando una figura apareció de pronto en medio del camino, y Alex, que conducía, pudo esquivar por los pelos, pero a costa de salirse del camino, y hundir el coche en una duna de arena.

Salieron como pudieron del coche, sólo para darse cuenta de que el señor Grigorev estaba gravemente herido, pero no por el impacto: el demonio le había poseído y autonfligido hemorragias internas. Los ojos inyectados en sangre, la boca cubierta del rojo fluido vital que teñía la arena… ese era el último recuerdo que Alex tenía de su padre, mientras su cuerpo de consumía hasta los huesos, como devorado desde su interior.

Alex y Vassjily le dieron un entierro sencillo, pero adecuado para un cazador. Y sus familiares le cedieron el testamento. Más que un testamento, era un juramento. Un juramento para capturar al demonio en caso de que él fallase. Alex aceptó inmediatamente, aunque Vassjily tardó más en contestar. No parecía sentirse preparado.

Y no lo estaba. Tres meses después de la muerte de su padre, el demonio se llevó a su hermano, dejando a Alex solo. Y aquello fue lo que le cambió. Se volvió más expeditivo en sus métodos, a veces optaba por la muerte directa, sin buscar cómo ayudar a espíritus o personas poseídas. Se había vuelto feroz, implacable, torturando para obtener información, y pronto en la zona de los Urales apenas quedaban criaturas de la noche. Pero un rumor corría por San Petersburgo: un demonio con un M.O. similar al que él buscaba se estaba moviendo hacia el oeste.

Alex cogió el coche, y puso rumbo a la República Checa, donde tenía intención de cobrarse firme venganza.

-Otros datos-

Habla turco, árabe, ruso, inglés con fuerte acento, y lo básico de otros idiomas del este, como checo y rumano

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septiembre 2008